Joaquim Bonal ha sido un personaje únicamente apto para grandes empresas. Su paso por una crisis vocacional le preparó para afrontar, si cabe, con mayor ímpetu, nuevos retos. Había trabajado un tiempo en la oficina de farmacia de su padre, donde tomó conciencia de la necesidad y urgencia de que se produjera un cambio profundo en la actividad del farmacéutico. Su análisis de las posibilidades reales de ser un agente de cambio en ese entorno llegaron al punto de haberse planteado -como él mismo confesó- abandonar el ejercicio de la farmacia. Sin embargo, su búsqueda de salidas profesionales le llevó a incorporarse al Servicio de Farmacia del Hospital de Sant Pau en 1967, al interpretar que ese nuevo entorno ofrecía mayor oportunidades.
En el momento de su incorporación al hospital, la farmacia no formaba parte de la dirección médica, sino que pertenecía a la división técnico-administrativa y su actividad estaba siendo realizada, bajo la dirección de la farmacéutica Mª Dolors Gassó, por religiosas y auxiliares que vivían en el propio hospital. En aquel momento la farmacia preparaba una gran cantidad de medicamentos, actividad que generaba un gran ahorro al hospital. El Dr Bonal mordenizó las instalaciones, tanto del laboratorio de preparación como de control de materias primas y productos acabados, estandarizó todos los procedimientos e inició la incorporación de nuevos farmacéuticos. Durante ese periodo potenció la formulación magistral y la información de medicamentos y en muy poco tiempo consiguió ganarse el prestigio y la confianza de los médicos del hospital.
Excelente entrada para recordar a uno de los pioneros de la Farmacia Hospitalaria. Felicidades!
ResponderEliminarEs increíblo lo que llegó a hacer en nuestro campo una única persona.
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